jueves, 13 de junio de 2013

Perdonar con sabiduría

Muchas parejas afrontan serias dificultades, porque el rencor los frena para perdonar y ser felices. El resentimiento nos ancla en el ayer y nos impide disfrutar el hoy.

Amar es comprender y perdonar. Si te ofenden, sé generoso y perdona, si eres el ofensor, esmérate por cambiar y recaer. Que el orgullo no te bloquee para reconocer los errores o dar a otros una nueva oportunidad.

Ahora bien, cuando la afrenta sea grave, tienes derecho a no creer en vanas promesas y exigir un cambio real. Si no lo haces te engañas y sufres por ser ingenuo y creer que el tiempo arregla los problemas. Es una ilusión pensar que una separación temporal obra mágicamente sobre serias fallas de carácter. Es bueno perdonar pero sin confundir la bondad con la bobada.

Perdonar no es permitir abusos ni ser cómplice de vicios.

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