Si a algunos trabajadores les pagaran por inventar excusas, tendrían salarios exorbitantes: son genios en buscar pretextos para no actuar.
Tienen una imaginación tan febril al hallar evasivas cuando se les encarga algo que, como escritores de ciencia ficción, se harían millonarios.
Aprende tú a buscar motivaciones para trabajar con ánimo, en lugar de caer en la pasividad o la indolencia.
Sin ser un obsesionado por el trabajo, haz tu labor con la fuerza de nobles ideales: servir, mejorar la calidad de vida, amar.
Cultiva altas aspiraciones y no te adocenes con los mediocres. El buen trabajador es creativo, dinámico, honrado y amigable. Vence la pereza o la desgana con una actitud mental positiva. Sé perseverante como los grandes inventores y los buenos deportistas. Da gracias cada día por tener tu empleo y ama tu empresa: no hundas la barca en la que navegas con otros.
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