Saber negarse

En una publicación anterior, ya les había compartido mis pensamientos sobre "El artes de decir NO", pero aquí les traigo otros pensamientos para compartir con ustedes.

Es una gran lección de la vida saber decir no; y mucho mayor lección todavía, saber negarse uno mismo a personajes y a actividades. Existen ocupaciones que devoran como la polilla un tiempo que es oro. Peor es ocupar tu tiempo en cosas inútiles, que no hacer nada. La prudencia pido no solo no ser entrometidos sino permitir las intromisión en los propios asuntos. No se ha de ser tan de todos, que no saquemos tiempo para nosotros mismos. Aun de los amigos no hay que abusar. y no se puede pretender más de ellos que lo que ellos dan.

Todo en exceso es vicioso, y mucho más en el trato. Con esta prudente moderación conservamos mejor el aprecio y simpatía de los otros y, lo que es más, no se produce el desgaste de estos dones. Que nada nos ate en el apasionamiento por lo mejor, y nunca actuemos contra lo que nos dicta el corazón y el buen gusto.

Tener fama de serviciales

Cualidad básica esta para caer bien a los que gobiernan: ayuda a conquistar el favor popular. La única ventaja de estar arriba es poder hacer mayor bien que los demás.

Miramos como amigos a quienes nos hacen favores. Pero hay otros que son todo lo contrario: se niegan a hacer favores; y no porque cuestan, sino por maldad.

En esto son totalmente distintos a lo que manda Dios, y dicen que son "cristianos" pero... de la secreta? o que? 

Alcanzar la excelencia

Nadie nace perfecto. La perfección se va alcanzando día a día, como seres humanos y como profesionales, hasta llegar a la excelencia en el desarrollo de los dones recibidos. Aquella se manifiesta en elevación del gusto, agudeza de ingenio, madurez de juicio y limpieza de propósitos.

Algunos nunca llegan a ser perfectos, les falta siempre algo. Otros tardan en lograrlo. El hombre perfecto, sabio en palabras, acertado a sus actuaciones, es admitido e incluso deseado en la peñas de notables.